Condiciones indispensables para ser un senador como Dios manda

Por Landrú • Ilustraciones: Landrú

25 de octubre de 2025

Mientras se acercan las elecciones, Landrú nos ofrece esta guía exhaustiva y desopilante de requisitos fundamentales para transformarse en un senador “como Dios manda”. Una sátira atemporal sobre las formas, los gestos, las imposturas… y las estrategias infalibles para conquistar votos sin importar de qué se trate. ¿Te suena actual?

Ilustración explicativa de Landrú con descripciones satíricas del “modelo del senador perfecto”, publicada en la revista Gente en 1992.
Landrú y el senador perfecto. Infografía satírica. Gente, 1992.

1º) Levantarse a las 6 de la mañana, sentarse al lado del teléfono y aguardar que lo llamen los periodistas políticos de las principales audiciones radiales.

2º) Tener un traje azul oscuro, tipo primera comunión, para el día que preste juramento como senador.

3º) Comprar una campera (preferentemente importada de Italia), para lucirla en un acto donde haya sindicalistas o gente humilde.

4º) Ir a todos los programas de TV, sean políticos o no, como el de Xuxa, almuerzos de Mirtha Legrand, La TV Ataca, el de Tinelli, el de Tato Bores, el de Guinzburg o el de Susana Giménez. En caso de que el candidato a senador sea soltero, viudo o separado, puede concurrir al programa de Roberto Galán: “Yo me quiero casar, ¿y usted?”

5º) Tener un pedicuro particular que trabaje a destajo y con horas extras, para que le cuiden y masajeen los pies después de las interminables caminatas proselitistas.

6º) Poner cara de bueno y no definirse totalmente en sus ideas, decir una vez que sí, otra vez que no, otra vez que ni y otra vez que tal vez, para conseguir votantes.

7º) Hablar en forma convincente, alzando la voz, en forma autoritaria, con tono de milico, pero no mucho, para convencer a los indecisos.

8º) Jugar el papel de pontificador moderado y usar saco derecho con tres botones color panza de burro, con el fin de conseguir el voto de quienes son mayoría.

9º) Tratar de que en el cierre de su campaña vaya a animar un conjunto cuartetero, de esos que tocan en las bailantas y hagan cantar a todos los concurrentes “El hijo de Cuca”, “¿Qué tendrá el petiso?” y “¡Cuidado con la bomba Chita!”

10º) Contratar también a la barra brava de un equipo de fútbol y a varios aporreadores de bombos Tula Style para un acto proselitista.

11º) Besar niños, acariciar jubilados y abrazar viejitas en caminatas proselitistas, aunque el candidato prefiera mil veces abrazar a Yuyito González o a Beatriz Salomón.

12º) Sonreír, sonreír y sonreír todo el tiempo, aunque padezca un dolor de muelas espantoso.

13º) Dar a entender que el adversario es un hombre probo, pero que si llega a ganarle se convertirá automáticamente en un monstruo.

14º) No huir de ningún fotógrafo. Y, el día de las elecciones, después de votar a las 9 de la mañana, decir con voz temblorosa y con los ojos llenos de lágrimas: “Ha triunfado la democracia.”

Publicado originalmente en la revista Gente, Nº 1405 — 25 de junio de 1992. Una de las tantas espantosas investigaciones realizadas por Landrú.