Este 24 de marzo se cumplen 50 años de la primera publicación de Landrú en el diario Clarín y, obviamente, no es una fecha para pasar por alto. Desde aquel día de 1972 y hasta 2007, el genial humorista gráfico Juan Carlos Colombres ilustró miles de páginas en el matutino más vendido del país y su llegada fue celebrada con bombos y platillos.
En ese entonces Landrú ya era un dibujante y humorista consagrado. Pero, existe un hecho que pocos conocen. Hasta ese momento Colombres colaboraba en el diario La Nación, otro gigante editorial y rival periodístico de Clarín. Por eso el diario con sede en Constitución lo celebró por partida doble: no sólo había cerrado la contratación de una “figurita difícil”, sino que además se lo había birlado a su histórico competidor.
El pase del año
Se sabe: no cualquiera llega a la tapa de Clarín. El día anterior a su primera publicación, el debut se anunció en portada. Un recuadro ilustrado con una típica autocaricatura de Landrú junto a su sonriente gato destacaba la novedad con un titular que decía “Esperamos a Landrú”, y en la página 40 había una nota a media página que contaba todos los detalles de su inminente llegada al diario.
Al día siguiente, Landrú publicó su primera viñeta: fue una caricatura de Héctor Cámpora, figura clave del retorno de Juan Domingo Perón a la Argentina y presidente por unos meses en 1973.
35 años, todos los días
Al principio, Landrú publicaba dos y hasta tres viñetas diarias y muchas de ellas llegaron a ocupar un cuarto de página. Más adelante, se estableció en un chiste promedio por día, aunque con una particularidad: siempre en el cuerpo principal del periódico y nunca en la contratapa, junto al resto de las tiras y recuadros de otros colegas.
Dibujó a todos los presidentes, la mayoría de sus funcionarios, políticos internacionales, actores, cantantes y deportistas. Nada ni nadie que lo mereciera, logró esquivar su pluma.
Y eso no es todo. Landrú publicó en casi todas las secciones de Clarín (Política, Economía, Internacionales, Deportes, Jubilados); y en varios suplementos, como Rural, Viajes y Turismo y Ollas y sartenes, con la recordada columna “Landrú a la pimienta”.
Cada día, Landrú se levantaba muy temprano, escuchaba la radio y leía los diarios para informarse de las noticias del momento. Luego elegía los temas más relevantes de la actualidad, garabateaba en papel varios bocetos con lápiz y finalmente pasaba en limpio con marcador negro las mejores ideas. Por la tarde se presentaba en la redacción del diario Clarín con las viñetas que había dibujado por la mañana. El editor seleccionaba la viñeta que se publicaría al día siguiente, en una rutina que se repitió a lo largo de 35 años y más de 14.000 ilustraciones.