Parecen muchos, pero los años no cuentan igual para los humanos y los gatos. No vamos a andar haciendo cuentas, pero lo importante es que el querido, queridísimo gato de Landrú está vivito, coleando y con sus siete vidas intactas.
Según una investigación que realizó Fundación Landrú, el minino apareció por primera vez el 16 de abril de 1946 y desde ese entonces tuvo algunos cambios. ¿Por qué se le ocurrió a Landrú dibujar un gato? ¿Cómo fue el primero? Seguí leyendo y enterate.
Primerísima, primera vez
El gato de Landrú apareció por primera vez en la revista Don Fulgencio de Lino Palacio y era bastante distinto al que todos conocemos hoy: más peludo, con orejas puntiagudas y dientes de serrucho, que con una mirada intimidante parecían darle un aspecto más provocativo y sarcástico que el actual.
Sin embargo, con el pasar del tiempo Landrú afinó el trazo y el gato empezó a aparecer cada vez más seguido en sus viñetas hasta que adquirió su fisonomía definitiva; con un cuerpo delgado y curvado, una extensa cola, ojos bien abiertos, largos bigotes y sonrisa amplia y pícara. ¿Pero por qué? ¿Colombres estaba obsesionado con los felinos? ¿Se trataba de un mensaje subliminal? ¿Quería dibujar un perro, le salió un gato y perdió una apuesta? No. Nada de eso. El gato de Landrú nació a raíz de un problema estético de calidad de impresión.
Un papel fundamental
Aunque los más jóvenes no lo crean, hubo una época en la que no existían las computadoras ni celulares y lo que se leía, estaba impreso sobre papel. ¿Inverosímil, no? Cuestión que cuando Landrú empezó a publicar sus viñetas, el papel no era de muy buena calidad. Por lo tanto, cada vez que un lector daba vuelta la hoja de la revista, se veía a trasluz el texto de la nota que estaba impresa en la página contigua.
Para evitar esto, Landrú empezó a “rellenar” sus recuadros con detalles como nubes, ciudades o animalitos. Entre estos, el gato empezó a ganar cada vez mayor identidad y el público se acostumbró a su presencia.
Tuvo tanto éxito, que cada vez que no lo dibujaba, en la redacción recibían cartas y llamados de lectores preguntando por su ausencia. Landrú escuchó los reclamos de la gente y desde entonces el gato figuró omnipresente en la mayoría de sus viñetas. Tan famoso se hizo el gato, que se consagró como una marca de estilo que el dibujante ubicaba junto a su firma.
En el mundo existen alrededor de 500 millones de gatos, aunque en el universo Landrú existe solo uno, que está tan vigente como su primer día. ¡Feliz cumpleaños, gatito!