El principal objetivo de Fundación Landrú es, como dijimos varias veces, mantener viva la obra de Landrú. Pero esto no se consigue solamente publicando sus chistes o recordando momentos destacables de su biografía.
Desde el principio nos comprometimos a indagar en su historia, investigar, contextualizar y abrir nuevos caminos que nos permitan saber más sobre el humorista, su magistral obra y, por qué no, sobre las raíces de nuestra propia identidad como sociedad.
LA REVISTA DEL NUEVO HUMOR
Tía Vicenta fue la revista emblemática de Landrú que lo convirtió en uno de los más grandes humoristas políticos; marcando un antes y un después en la historia del humor gráfico de la Argentina. En la redacción se trabajaba en un clima de libertad total, no había prácticamente restricciones, y fue la escuela de grandes talentos del humor y el dibujo.
Muchos intelectuales y ensayistas analizaron Tía Vicenta de la primera a la última página, aunque existía un dato esquivo que ni siquiera nosotros sabíamos con precisión hasta ahora.
EL DILEMA: ¿EL 13 O EL 20?
Landrú estableció que la revista Tía Vicenta iba a salir a la venta todos los martes y el primer número estaba listo para llegar a los quioscos el martes 13 de agosto de 1957. Pero ese día no apareció. ¿Qué pasó?
En Fundación Landrú sosteníamos la hipótesis de que el lanzamiento había sido el martes 13. ¿Por qué? El número 8, que salió a la calle el martes 1 de octubre de 1957, fue el primero que llevó la fecha impresa en la tapa; los anteriores no tenían ninguna referencia temporal. ¿Qué hicimos? Elemental, Watson: tomamos un calendario de 1957 y como Tía Vicenta era semanal, empezamos a tachar días hacia atrás, hasta llegar a la ”supuesta” fecha del primer número de la revista.
Sin embargo, cuando le preguntaban, Landrú respondía que no había salido el martes 13 porque les habría traído “mala suerte”.
Buenas fuentes sobre la historia de los medios gráficos argentinos, como el libro “Paren las rotativas” de Carlos Ulanovsky, tomaron al pie de la letra la palabra del dibujante, asegurando que el lanzamiento de Tía Vicenta había sido el martes 20 de agosto de 1957.
LA PISTA DE LA IMPRENTA
La cuestión es que el día exacto del lanzamiento de Tía Vicenta se había convertido en un misterio por resolver. Hasta que llegó a nuestras manos el artículo “La farsa de la morsa”, firmado por la Lic. María Celeste Gigli Box, que en la página 3 nos daba una valiosísima pista.
“El miércoles 14 de agosto de 1957 logran inaugurar Tía Vicenta (programada para el martes 13, pero pospuesta una jornada por el desperfecto en las máquinas impresoras, lo que demuestra la carencia de supersticiones en su staff), con una tirada nada despreciable de 50.000 ejemplares…”
Con el dato de Gigli Box, fuimos a las Hemerotecas de las Biblioteca Nacional y del Congreso para verificar si los diarios de la época habían publicado alguna noticia referida a Tía Vicenta. Después de varias horas de búsqueda, encontramos tanto en la página 22 del diario Clarín como en la página 8 de La Nación, ambos del miércoles 14 de agosto de 1957, un aviso que anunciaba ese día el lanzamiento de Tía Vicenta.
El aviso publicitario, ilustrado con una caricatura de la tía, anunciaba a los lectores la siguiente novedad: TÍA VICENTA. La revista del nuevo humor. La dirige Landrú. Colaboran voluntariamente Bayón, Breccia, Chamico, Garaycochea, Quino y un nuevo grupo de colaboradores que revolucionarán el humorismo argentino. E involuntariamente todas las figuras políticas importantes de todos los partidos. APARECE HOY.
UN HITO DEL HUMOR
Para confirmar lo aquí expuesto, el mismo aviso de Tía Vicenta se volvió a publicar una semana después en el diario La Razón el martes 20 de agosto de 1957, promocionando la edición número 2 de la revista.
En síntesis, el primer número de Tía Vicenta no apareció ni el martes 13 ni el 20 de agosto de 1957, sino el miércoles 14, volviendo después a su periodicidad semanal de los días martes. O sea que hoy, la revista está cumpliendo 65 históricos años.
Bromista y con una pizca de astucia, Landrú se tomó una ingeniosa licencia poética al atribuir el retraso en la salida a su voluntad por esquivar la mala suerte. En lo que fue sumamente preciso, sin embargo, fue en cumplir su promesa y expectativas: tal como aseguró en aquel primer aviso, Tía Vicenta y su staff revolucionaron el humor político argentino.